Los complejos no solo son comunes en la adolescencia
“Mami, un compañero de clases dice que soy enana, que parezco de un año…”. Este tipo de comentarios que parece no ser de gran importancia puede desencadenar en los niños complejos, por lo que es importante prestarle atención a lo que nos cuentan.
A pesar de lo que muchos puedan llegar a pensar, los complejos no solo son comunes en la adolescencia, los infantes, quienes deberían estar viviendo una etapa de inocencia, en ocasiones también pueden estar atravesando por esta estresante situación, pues ya son capaces de valorar las reacciones de los demás hacia ellos.
La especialista explicó que todo inicia debido a sus distintos entornos y cómo estos van influyendo en cada niño, siendo el más importante la familia.
Al igual que en la adolescencia, los complejos más frecuentes están usualmente relacionados con lo social, lo académico y con el físico. Por ejemplo, algunos niños pueden compararse físicamente unos a otros con el peso, altura, el cabello, etc. Otros pueden tener miedo al fracaso escolar, ya que los padres tienden a exigir ciertas calificaciones y al no cumplir con ellas pues pueden desarrollar culpabilidad, terminando quizás en un complejo de inferioridad.
De igual manera, algunos niños pueden tener miedo a relacionarse con otros de su edad, miedo a qué piensen de ellos o a que los rechacen.
Esta situación afecta psicológicamente a los pequeños, y según explica la psicóloga Fernández estos pueden influir en el autoconcepto, autoestima, toma de decisiones, generando en ellos conductas violentas, estados depresivos, timidez, entre otros.
Si crees que tu hijo o hija está atravesando por algún complejo, la psicóloga del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS) recomienda, primero identifica las causas del complejo, y posteriormente ayudar al niño en la aceptación de sus virtudes y defectos, hablando abiertamente sobre el tema.
Fernández enlistó algunas de las cosas que pudieran ayudar al pequeño, entre ellas: buscar con él cuáles son sus cualidades positivas y sus fortalezas, repetirlas constantemente, evitar comparaciones entre él y los demás, intentar elogiarlo en distintas ocasiones, y no ignorar los defectos y hacerlos ver como lo que son, una realidad. Así al identificarlos se pueden trabajar en ellos y mejorar.
Link del Medio: Los complejos no solo son comunes en la adolescencia — El Nacional
Doctor: Stephany Fernández Psicóloga Clínica Infanto-Juvenil del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS)