El calor y las enfermedades cardiovasculares
Está claro que algunas de las enfermedades cardiovasculares podrían verse exacerbadas por una temperatura alta. Esto probablemente se deba a una reducción del flujo sanguíneo a la superficie de la piel, además por la pérdida insensible de líquidos, produciendo una deshidratación progresiva, que, en la mayoría de los casos, el paciente no la percibe. Los síntomas que comúnmente pueden aparecer son:
- Sensación de cansancio.
- Leves mareos.
- Cifras bajas de presión arterial o taquicardia.
- Contracturas musculares o calambres.
- Incluso pueden llegar a aparecer convulsiones o pérdida total del conocimiento.
El grupo de pacientes que mayormente podrían padecer de esto son las personas de edad avanzada, así como los pacientes con enfermedades preexistentes y con algún factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y los niños menores de 5 años.
En época de calor intenso, hay que tener precaución con los medicamentos que forman parte de la rutina de los pacientes con enfermedad cardiovascular, ya que podrían ser más sensibles a los efectos secundarios de los mismo.
Nuestras recomendaciones para evitar que estas alteraciones se empeoren son las siguientes:
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- Usar ropa adecuada al clima y al nivel de actividad que se vaya a realizar.
- Limitar los esfuerzos físicos al aire libre, sobre todo en las horas de más calor. Y si es posible, evitar salir a la calle en esos momentos.
- Teniendo en cuenta que la mayor parte del calor corporal se pierde por la cabeza, es necesario utilizar un gorro que preferiblemente cubra las orejas.
- No consumir alcohol porque altera la regulación de la temperatura corporal.
- Ingerir líquidos para evitar la deshidratación.
Dr. Licurgo Jacob Cruz
Cardiología