10 mitos sobre lactancia materna

Se ha demostrado que amamantar es algo muy positivo para la madre y el bebé, sin embargo hay muchos mitos alrededor del tema. A continuación desmentimos algunos de ellos. 

  1. Algunas mujeres producen leche de mala calidad y por eso el bebé no aumenta de peso 

Aunque comas mal y tu dieta no sea del todo equilibrada puedes estar tranquila, ya que las células que se encargan de fabricar la leche se las arreglan para extraer de las reservas maternas todo lo necesario para que no le falte de nada al bebé. 

  1. Hay madres que no producen suficiente leche 

El bebé, al igual que cualquier cría mamífera, controla la cantidad de leche que debe producir su madre. Hay que respetar la demanda del bebé, es decir, dejarlo que tome todas las veces que necesite, asegurando una correcta posición al pecho. 

  1. Los bebés amamantados no duermen bien durante las noches 

Que los bebés duerman solos toda la noche es una pretensión culturalmente aceptada, que en realidad difiere de las necesidades nutricionales y psicológicas de los niños. Los bebés crecen a un ritmo acelerado, en la mayoría de casos el 25% de su consumo de leche se produce durante la noche. Por otro lado, al ser inmaduros, los bebés tienen un sueño superficial, que es un mecanismo protector de su sueño. 

  1. La madre que amamanta debe tener una dieta especial y restringir ciertos alimentos, para evitar gases y cólicos en los niños 

Con frecuencia escuchamos  que la madre que amamanta no debe tomar gaseosas o ciertos alimentos que puedan cambiar el sabor de la leche, como ajo o cebolla. Es cierto que una determinada alimentación puede influir en el sabor y color de la leche, pero el bebé amamantado se habitúa sin ningún problema a alimentarse con leche de distintos sabores. Lo que significa que no hay ningún tipo de restricción en los alimentos, a menos que no sea por indicación del doctor. 

  1. Una mujer tiene que beber leche para producir leche 

Es muy frecuente escuchar que la madre lactante debe aumentar el consumo de leche para hacer frente a una demanda de calcio aumentada por la lactancia. Sin embargo, el calcio se puede obtener de una gran variedad de fuentes no relacionadas con los lácteos, como las verduras de hoja verde, las semillas, los frutos secos y pescados, como la sardina y el salmón. O sea que se debe incrementar el calcio, no la ingesta de leche en sí. 

  1. El niño debe vaciar los dos pechos en cada toma 

Es mejor que el niño termine de tomar del primer pecho antes de ofrecer el segundo. La leche del final de la toma es rica en grasas (aporta mayor cantidad de calorías) y se obtiene gradualmente a medida que el niño va vaciando el pecho. Si se cambia al niño de pecho antes de que éste se vacíe, el bebé sólo consumirá la primera leche y no obtendrá el equilibrio natural entre la leche del principio y la del final de la toma, reduciendo el consumo de calorías. 

  1. La extracción de la leche materna es una buena forma de saber cuánta leche tiene disponible la madre 

No es una medida confiable. La cantidad de leche que se extrae varía por muchos factores, pero, en general, el bebé que se alimenta bien extrae más leche de la que su madre puede extraer artificialmente. 

  1. Dar pecho a demanda, genera niños dependientes y trastornos de pareja 

El pecho a demanda es una necesidad de los bebés. El bebé debe tener una relación de dependencia con su madre, porque la cría humana es inmadura desde el punto de vista fisiológico y psicológico. Las necesidades del bebé son muy intensas al principio, pero van disminuyendo con el tiempo. 

  1. El éxito de la lactancia depende del tipo de parto, de la forma de los pezones y del tamaño de los pechos 

El éxito de la lactancia está relacionado con la información y soporte que recibe la madre, su confianza en sí misma, y la colocación frecuente y eficiente del bebé al pecho. No tiene que ver con la forma de los pezones, tamaño de los pechos o tipo de parto. Los pechos pequeños amamantan tan bien como los más grandes. La forma de los pezones en general no afecta la lactancia. Finalmente, el tipo de parto, la medicación que recibió la madre o incluso las complicaciones asociadas al posparto pueden retrasar un poco el inicio de la lactancia, pero no tienen ninguna influencia una vez ya se ha iniciado. 

  1. La baja producción de leche se hereda 

La producción de leche no tiene nada que ver con la suerte o la herencia, sino que tiene que ver con la frecuencia con la que se da de mamar al bebé, y con la posición de éste al hacerlo. No obstante, sí es importante reconocer que la presencia de otra madre que no haya vivido una buena experiencia en el entorno de una pareja lactante puede influir en la confianza de la madre, disminuyéndola por culpa de comentarios desafortunados. Esto no ocurrirá si la madre está bien informada. 

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